La primera vez que ví el desfile de Aoi Matsuri, me pareció simpático al principio, pero luego de un tiempo, llegué a la conclusión de que a su inventor no le hubiera venido mal un post grado en desfilogía en Río de Janeiro. Sin embargo, esta vez tuve la suerte de contar con un buen anfitrión que tuvo la gentileza de contarme de qué se trataba todo esto, y entonces lo encontré mucho más interesante.
Aoi Matsuri es el festival más antiguo de Kioto Es tan importante y antiguo que fue mencionado con detalle en el famoso Genji Monogatari (el cuento de Genji), la primera novela japonesa que data del siglo XI.
Aoi, en japonés significa malva real, y representa el agua. Antes de la fundación de Kioto habitaba en esta zona la familia Kamo (que es la que da nombre al río Kamo, por lo menos en su parte norte... en la parte sur el Kamo corresponde a "pato"). La familia Kamo pensaba que quien controlara el agua controlaría la región, y establecieron dos santuarios sintoístas famosos, conectados por una línea imaginaria sagrada: Kamigamo y Shimogamo (el "Kamo de arriba" y el" Kamo de abajo") ambos patrimonio cultural de la Humanidad por UNESCO. El festival de Aoi, se inicia en el Palacio Imperial (lugar donde simbólicamente vive el Emperador) y pasa simbólicamente por Shimogamo y culmina en Kamigamo.
Previamente al festival, se llevan a cabo actividades en Shimogamo jinja, como competiciones de arco y flecha sobre caballo
La procesión, que usa vestidos originales del periodo Heian, adornados con ramos de malva, representa el poder del emperador. A diferencia de otros festivales, como Jidai o Gion matsuri, que son básicamente populares, el Aoi es un festival oficial, con ministros del gobierno y la presencia de la princesa o alguna mujer no casada de la corte imperial, llamada Saio dai (anteriormente era la emperatriz) del país del sol naciente. El clímax de la ceremonia (al que, como en muchos de los clímaxes, sólo están invitados unos pocos) se da cuando la princesa sumerge la malva en el agua pura del manantial del santuario de Kamigamo, rezando por la buena fortuna de su pueblo.
¿Lo reconocen? Ajá, es el mismo señor y el mismo buey con el mismo sombrerito, 4 años después, en el Jidai Matsuri. Parece que el señor se dedica al jugoso negocio de alquilar bueyes para festivales.
Aquí algunas fotos del festival.
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