viernes, 31 de julio de 2009

VIRGIN GALACTIC. EL PRIMER AVIÓN ESPACIAL


¿Alguien quiere darse una vueltita por el espacio? No hay problema. Por sólo $200,000 (100 veces menos que los 20 millones que pagó Dennis Tito, el primer turista espacial) y un proceso de entrenamiento, Ud. podrá tomar un avión de Virgin Galactic, que lo llevará al espacio por 5 minutos (literalmente es una vueltita).

El sistema consiste en un avión híbrido que eleva un cohete tipo transbordador hasta una altura de 12000 metros y luego lo suelta para que alcance el espacio con sus propios propulsores.




Y pensar que Richard Branson inició el grupo Virgin con una disquera. Ahora tiene autos, trenes, aviones, hoteles... y veinte cosas más.

Me pregunto si algún día haré un Moleskine Espacial... aunque por los precios lo descarto... además, ya paro en la estratósfera la mayor parte del tiempo... (y gratis)

miércoles, 22 de julio de 2009

UN ECLIPSE NUBLADO

Eclipse parcial de sol. Kioto, Japón, 22 de julio, 11 am

Aún tengo claro recuerdo de aquél eclipse total en Arequipa, Perú, el 3 de noviembre de 1994.
El cielo se oscureció, aunque no totalmente, como si fuera un amanecer, a pesar de que el eclipse ocurrió al medio día. Para ello nos habíamos provisto de rollos de película velados (en esa época primitiva no habían cámaras digitales) y así pudimos ver el maravilloso espectáculo de ver al sol oculto por menos de 3 minutos.

Así que imaginé que el eclipse (parcial en 80%) visible desde Kioto sería una experiencia parecida, más aún si el eclipse duraría 6 minutos y 39 segundos.

Total Eclipse 2009 Animation

Lamentablemente el cielo estuvo cubierto de una gruesa capa de nubes. Por momentos parecía llover. Sin embargo, y ya que no tenía rollos de película, esa gruesa capa de nubes me permitió ver el eclipse a simple vista y tomar algunas fotos en los pocos instantes en el el sol se hizo un espacio entre las nubes. Fue emocionante ver oscurecerse la ciudad, aunque no tan dramáticamente como hubiera sido si no hubiera estado tan nublado.

El sol entre las nubes de Kioto... ahora que la veo parece una imagen diabólica que me mira desde el cielo. ¿Será un castigo de los dioses, como se creía en el tiempo de los incas?

Similar suerte tuvo también Shanghai, en donde había gran expectativa ya que el eclipse iba a ser total. Aunque no se pudo ver al sol, cubierto tras las nubes, la ciudad se oscureció, como puede verse en el siguiente video.



En este video, tomado por el satélite japonés Himawari-7 (MTSAT-2) de la trayectoria de la sombra lunar puede verse también el cielo cargado de nubes en el sudeste asiático.



Ni modo, habrá que esperar un siglo hasta el 2122 para ver un eclipse tan largo, o bien escaparse a la Isla de Pascua para ver el siguiente eclipse total, el 11 de julio del 2010. Aunque imagino que será un gran negocio y los precios estarán exorbitantes, y quién sabe, durante el eclipse los moai despierten... ¡Atención místicos!

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jueves, 16 de julio de 2009

EL FESTIVAL DE GION


En el año 869 Kioto sufrió el azote de una terrible plaga. Desesperado, el emperador Seiwa envio a sus mensajeros al santuario de Gión, para pedir a los dioses se dignen aplacar su divina furia. Una majestuosa procesión se volcó a las calles de la antigua capital, y al parecer sus clamores fueron escuchados, pues la plaga desaparecio de tierras japonesas.

Es así como nació el más grandioso festival de Japón, el Gion Matsuri (matsuri=festival). Consiste en un desfile alternada 32 flotas, y que presentan imponentes carros alegóricos, enteramente construidos en madera y montados sin utilizar un solo clavo, alcanzando a pesar hasta 1.2 toneladas. Son de dos tipos, los más altos, con un largo mástil, llamados Hoko y los Yama, que generalmente tienen un árbol encima. Sobre ellos van los grupos procesionales, ataviados con trajes tradicionales, ejecutando música religiosa y una coreografia muy estudiada de movimientos.


Desde el 13 de julio y durante las tres noches siguientes, Kioto se vuelca hacia a las calles. Como la Semana Santa en Perú, las calzadas se pueblan de establecimientos de comida tradicional. Los olores de los potajes se mezclan con gritos de los ofertantes como “IRASHAIMASEEEEEEE” (bienvenidooooo) o “IKAGA DESU KAAAA?” (¿gustaaas?).



Las casas se abren hacia el público, mostrando su precioso interior, y los finos adornos que luego conformarán el atuendo del carro.



Cada Hoko es decorado con preciosos ornamentos importados de varias partes del mundo, como bordados holandeses, o tapicería persa, y por supuesto, con finos acabados japoneses.



Encima de los carros, los grupos ejecutan la música al son de campanas y percusión, pero también es común ver a niños cantando o tocando tambores con maestría envidiable. También los adultos realizan actos con fuego o saltos acrobáticos.



Los kiotoitas participan de las festividades no sólo ingiriendo la comida, sino que muchos de ellos, hombres, mujeres y niños, visten el tradicional yukata, una especie de kimono de verano, con los típicos zapatos de madera. Es común ver mucha gente tomándose fotos por doquier.

Aquí, este grupo de simpáticas japonesitas posa haciendo el super trilladísimo pero inevitable símbolo de “peace” o “la V de la victoria”.

El día central del festival es el 17 de julio. En la primera flota, llamada Naginataboko, un niño, especialmente seleccionado (no sé si por sus buenas notas), personifica a Chigo, símbolo de la pureza. Particularmente ataviado y con el rostro pintado, toma entre sus manos una espada samurai, y cortando de un solo sablazo una cuerda da inicio a la procesión.



Los inmensos carros son arrastrados por la fuerza de una veintena de hombres, pero al llegar a la esquina, éstos son muy difíciles de girar, ya que no tienen un mecanismo similar a un timón. Para tal efecto, se colocan tiras de bambu humedecido en las ruedas, deslizando los tremendos armatostes lateralmente.



Acompañan a los carros numerosos grupos, realizando alegorías y movimientos coreograficos.


200,000 visitantes llevan a punto de ebullición las calles de Kioto, mientras todo Japón disfruta del espectáculo por cadena nacional. El espíritu del Gion Matsuri es contagiante, tanto que muchos extranjeros se animan a vestir yukata...

Con Kati, durante mi primer Gion Matsuri en el 2003, fecha en que escribí esta nota.

En el Gion Matsuri del 2004
Gion Matsuri 2009. Como no tenía yukata usé mi kandora árabe (fue toda una sensación).
Aquí, en la gloria con un grupo de bellezas latinas. Foto cortesía de Giancarlo Flores.