- ¡General Pi pi Ling, he tenido una genial idea!
- ¡Diga Ud., oh magnífico Hijo del Cielo, Emperador Qin Shi Huang Di! (Qin se pronuncia Chin)
- He pensado que cuando me muera me voy a sepultar con todo mi invencible ejército, incluyendo Ud., para que me proteja en el otro mundo.
- (Sudando frío) Genial idea, su Majestad... pero si se sepulta con su ejército ¿quién va a cuidar la tumba?
- Mmmm... tienes razón... entonces, ¿qué sugieres?
- Qué tal si ponemos unas estatuas de tamaño natural... es ese caso estarán siempre de pie, dispuestas a protegerlo, oh grandísimo Hijo del Cielo... inclusive podemos incluir también caballos.
- ¡Un ejército de estatuas! ¡Qué grandes ideas tengo! Entonces hagámoslas de oro, como me merezco...
- No tenemos plata, Excelencia.
- Mmmm... entonces hagámoslas de piedra...
- La necesitamos para hacer la Gran Muralla
-¿Entonces qué sugieres?
- Terracota... es barata y podemos hacer las estatuas con rapidez.
-¡Un ejército de terracota! ¡Que magnífica idea he tenido!
- (Recobrando el color) ¡Es Ud. un genio, oh Gran Emperador! ¡No en vano su nombre significa el Primer Emperador Divino de China!
- ¿De dónde? ¡Estamos en el 210 AC. y nosotros somos Zhōngguó 中国, el "País del Centro del Universo", así que todavía no nos llamamos China! Aunque el nombre China me gusta, se parece a mi dinastía, Qin...
Dudo mucho que este haya sido el dialogo que precedió a la construcción del Ejército de Terracota, pero lo cierto es que esta singular y espectacular muestra arte funerario se le ocurrió a Qin Shi Huangdi, el primer emperador de China unificada entre 220 y 210 aC. Compuesta por alrededor de 6000 estatuas, cada una con rasgos faciales diferentes, fue descubuerta en 1974 por campesinos excavando un pozo al este del monte Li, cerca de Xi An (la antigua capital China Chang An).
¡220 antes de Cristo! En esa época Grecia estaba en pleno periodo Helénico, Roma no se la había anexado todavía, en América se desarrollaban los Paracas y se iniciaba el periodo clásico de los Mayas y el Asia Oriental, salvo en India, era todavía un grupo desarticulado de clanes peleando entre sí, sin escritura ni arte avanzados.
Shi Huang Di conquistó a los 7 reinos vecinos y unificó China, convirtiéndose en el primer emperador de la dinastía Qin, que luego daría el nombre al país. Además unificó la escritura, la moneda, creó caminos y construyó una muralla para protegerse de sus enemigos, la que luego sería reconstruída y ampliada por suscesivos emperadores hasta convertirla en la Gran Muralla. Shi Huan Di también hizo constrir una gigantesca necrópolis presidida por una monumental tumba en forma piramidal y guarnecida por su inmortal ejército con estatuas de terracota en tamaño real.
Representación del Emperador con una de sus concubinas. No en vano dicen que fue el gran conquistador de la China.
El día de nuestra visita coincidió con un desfile muy interesante con atuendo similares usados hace 2000 años en plena época de la dinastía Qin
Dada su importancia (el ejército ha sido declarado de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), el gobierno chino construyó un museo donde se puede apreciar una serie de esculturas peculiares y la historia de esta gigantesca obra que involucró a 700,000 artesanos.
Impresionante detalle de un carruaje de terracota en el museo, jalado por cuatro caballos.
Maqueta del Palacio Imperial en el Museo
Dispuestos entre corredores, los soldados se ubican en filas. La muestra se ubica debajo de un enorme hangar y la gente lo observa por una plataforma al rededor. Impresiona pensar que esta vasta muestra representa sólo el 20% excavado de toda el área en donde miles de soldados más yacen enterrados. Además cerca a este gran grupo de soldados está otro grupo de refuerzo, y al otro extremo se encuentra un grupo representando oficiales de alta jerarquía.
Detalle de un soldado y su caballo. El realismo es notable.
Detalle de un grupo de soldados. Nótese que ninguno es igual al otro, y algunos dicen que son en realidad retratos de generales y soldados reales.
Maqueta del Palacio Imperial en el Museo
El detalle al que llega las estatuas es impresionante, no sólo por la perfección de los rasgos del rostro, cabellos y peinado, sino también por la cuidadosa forma en la que se han desrrollado la vestimenta, calzado y accesorios, que reflejan diferentes rangos y grupos étnicos a los que los guerreros pertenecían. Probablemente hayan sido pintados, representando coloridos uniformes.
Dispuestos entre corredores, los soldados se ubican en filas. La muestra se ubica debajo de un enorme hangar y la gente lo observa por una plataforma al rededor. Impresiona pensar que esta vasta muestra representa sólo el 20% excavado de toda el área en donde miles de soldados más yacen enterrados. Además cerca a este gran grupo de soldados está otro grupo de refuerzo, y al otro extremo se encuentra un grupo representando oficiales de alta jerarquía.
Detalle de un soldado y su caballo. El realismo es notable.
Detalle de un grupo de soldados. Nótese que ninguno es igual al otro, y algunos dicen que son en realidad retratos de generales y soldados reales.
Este avezado estudiante alemán que se disfrazó de soldado de terracota y se puso entre el ejército. Al principio los guardias tuvieron dificultad en encontrarlo entre tantas estatuas, pero al final se lo llevaron y le dieron una buena reprimenda... ¡pero qué importa! Esas son las cosas que les puedes contar a tus nietos y te escucharán con la boca abierta...