Estás caminando por una calle semi oscura y te fijas que vienes siendo seguida por un sujeto sospechoso. Apuras el paso y doblas una esquina. Tu perseguidor hace lo mismo pero al voltear la esquina se da con la sorpresa de que has desaparecido: tan solo hay una calle vacía, adornada escuetamente por la solitaria presencia de una maquina vendedora. Perplejo, el sujeto sigue su camino preguntándose como has podido desaparecer tan rápido. Minutos después, el misterio se devela... La maquina dispensadora eres tu, y tras plegarla rápidamente la acomodas debajo de tu falda.
La creadora de este singular disfraz es la diseñadora japonesa Aya Tsukioka, que demuestra como en segundos una falda puede convertirse en una maquina vendedora. Ella afirma haberse inspirado en un viejo truco ninja, quienes se vestían de negro para confundirse con la noche. Tsukioka ha diseñado también disfraces similares para niños, quienes pueden ocultarse bajo un extinguidor de incendios plegable en cuestión de segundos.No es el único caso. Otros inventores han diseñado un bolso que puede disfrazarse en una tapa de desagüe. En una noche oscura los delincuentes caminaría al lado del buzón sin percatarse que en realidad es una cartera.
Lo curioso del caso es que los índices de delincuencia en Japón no solo son los mas bajos de mundo, si no que inclusive están disminuyendo. Eso no desalienta a los diseñadores, que ya han fabricado los vestidos anti-cuchillos o los celulares para niños con GPS.Si bien a simple vista estos inventos pudieran referirse como otro caso de chindogu (la afición japonesa por realizar inventos estrafalarios, como el ventilador para sopa caliente, los zapatos de gato que son pulidor de pisos a la vez, o el anti-salpicador de sopa), en realidad reflejan una característica muy importante de la sociedad japonesa.
Tal vez lo mas interesante sea la comparación de la actitud japonesa con la europea o americana (Norte y Latinamérica). Mientras en los países occidentales la estrategia va por la autodefensa en Japon se opta por una actitud no confrontacional y se opta por esconderse. Similar actitud se da, por ejemplo en los trenes, donde frecuentemente las mujeres son víctimas de molestia o acoso sexual. Para ello se ofrece como solución unas gafas femeninas super oscuras, para que la víctima pueda ver a todos lados e identificar a su agresor (en lugar de enseñarles como darle un buen sopapo al depravado).
En fin, soy escéptico en que la idea prospere, y en todo caso no hay que olvidar que el asunto puede devenir en un cuchillo de doble filo.... pronto van a empezar a sacar disfraces plegables para delincuentes...