Todos en Japón conocen la historia de Oskar Schindler, gracias a la extraordinaria película que sobre su historia dirigiera el famoso Steven Spielberg. Sin embargo muy pocos conocen la historia de Chinue Sugihara, un hombre que salvó muchísimas más vidas que Schindler (quien después de todo se benefició de la labor esclava de los judíos para hacerse rico, aunque luego usó esa riqueza para salvarlos), sino que lo hizo de manera desinteresada y eficiente.
Sugihara (1901-86) fue cónsul de Japón en Lituania cuando en 1939 estalló la Segunda Guerra mundial. Gracias al Pacto Molotov-Ribbentrop, Hitler y Stalin habían acordado dividirse Polonia, y dejar bajo el dominio de la URSS a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Bielorrusia. En 1940 los soviéticos invadieron Lituania, que sería posteriormente invadida por los nazis. Ante el peligro de la invasión germana, a Sugihara se le ordenó dejar su puesto.
Miles de judíos polacos, lituanos y rusos solicitaron una visa al consulado japonés en Kaunas (la segunda ciudad lituana después de Vilnius), en una época que era extremadamente difícil viajar y ningún país quería recibirlos.
Entre el 31 de Julio y el 28 de Agosto de 1940, es decir en menos de un mes, Sugihara extendió miles de visas, conocedor de los peligros que acechaban a los judíos, a pesar de que la autorización desde Tokio para extender las mismas fue denegada. Se calcula que entre 6,000 y 10,000 judíos fueron salvados gracias a Sugihara. Usando el tren transiberiano, viajaron hasta Vladivostok, y de allí se embarcaron a Kobe y posteriormente a países tan lejanos como China, Canadá y Surinam.
Posteriormente Sugihara fue hecho prisionero por los soviéticos cuando éstos ocuparon Rumanía, donde él tenía un rol diplomático. Estuvo 18 meses preso, y tras ser liberado fue expulsado del cuerpo diplomático japonés, según algunas fuentes debido a sus acciones en Lituania.
Sugihara fue homenajeado en 1985 en Israel, siendo nombrado "Justo entre las Naciones". Pero él ya estaba muy enfermo, y no pudo atender a la ceremonia. Cuando murió al año siguiente, ninguno de sus vecinos sabía lo que él había hecho.
Se calcula que aproximadamente 40,000 descendientes viven hoy gracias a las acciones de Sugihara.
Te felicito, muy bueno el blog!
ResponderEliminarDisculpa la demora, pero muchas gracias
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